domingo, 13 de febrero de 2011

Columnas Elocuentes 1: ¡A escribir!


¡Escribir! Lo que hace que nuestros corazones latan y el nerviosismo aumente. Escribir es más que poner letras, combinarlas hasta formar palabras, luego oraciones y por último párrafos que se juntarán y conformarán un texto. No. Escribir es sentir cada parte de cada letra que pones sobre el papel o en donde lo hagas. Escribir es hacer que el lector sienta lo que quisiste decir en una palabra sin necesidad de tener más acompañantes.
Claro, que escribir un informe es… eso, escribir. Pero a lo que me refiero es a lo que a nosotros nos gusta, la escritura estética. ¿Acaso te gustaría leer un libro en donde, la redacción, sea igual a la de un informe? Por lo menos a mí no, a menos que el autor lo haya usado para darle un toque original.
¡Ey, tú! No te me duermas en la primera columna que es importante.
Escribir, escribir… ¿Qué dice la DRAE? Veamos:
(Del lat. scribĕre).tr. Representar las palabras o las ideas con letras u otros signos trazados en papel u otra superficie.
Entonces nosotros escribimos. Todos lo hacen. Lo hacemos en el autobús, en el trabajo, en clases, en una pasantía, en una encuesta, en un diario, en un informe… en fin, siempre escribimos, es una tarea rutinaria que estamos acostumbrados a hacer. Pero, ¿qué pasa cuando el fin de nuestra escritura es algo artístico? Es ahí a donde quería yo llegar.
La escritura artística prolija se logra luego de mucha experiencia, de saber qué hacemos mal y qué no. Claro, que algunos nacen con un don que hace que su escritura artística sea más fluida y más fácil. Pero eso no significa que cualquiera no pueda escribir. Esta acción libera el alma, ejercita nuestra imaginación y hace que nos olvidemos de nuestros problemas por un momento achacándoselos a otros.
(Por favor, olviden la última línea)
Ya dije que para escribir bien necesitamos practicar, y, ahí, es donde Eloquentia quiere destacarse en ustedes. Queremos que practiquen y mejoremos juntos, porque en Eloquentia no sólo mejoran ustedes, mejoramos todos juntos. Aprendiendo nuevas técnicas o nuevas formas de narrar. Pero nadie, nadie, tiene una redacción igual. Pueden ser parecidas, sí, pero nunca iguales. La narración es un sello distintivo de cada autor; a mí, por ejemplo, me puede parecer mejor escribir esto “Mi habitación en el hotel estalló”  y a ti esto: “La habitación en donde me hospedaba estalló”. Básicamente todo depende del contexto y del autor.
Así que. ¡Vamos a animarnos! A escribir. ¡Desde un párrafo en una pared hasta un libro entero en un diario! Escribir libera, escribir llena, escribir purifica. Escribir hace que algún día tengas la satisfacción de haber liberado a alguien de sus problemas por un momento mientras leía tu relato.
¿Qué esperas para escribir entonces? Manos a la obra. ¡Enriquece al mundo con tu trabajo!

Nos vemos en la próxima columna de la semana que viene, en donde hablaremos sobre qué podemos escribir.
Te espero.

Dann/Buffoon