domingo, 20 de febrero de 2011

Columnas elocuentes 2: Sobre qué escribir.


¡Buenos días! ¿Cómo están? ¿Preparados para la segunda columna? ¡Pues empecemos!
La semana pasada hablaba sobre escribir, pero ahora… ¿sobre qué hacerlo? Maneras de escribir hay montones, tantas que si me pongo a contarlas duraría acá toda la mañana, así que me basaré, por así decirlo, en las más usadas o reconocidas. Así que, vámonos primero en una de las que más usamos: La narrativa.
La narrativa es un género literario en el que se narra una sucesión de hechos imaginarios, porque los reales se conocen como crónicas, en donde interviene un narrador que es el punto intermedio entre el lector y el escritor. De este género, se nos presentan tres tipos de narradores: el omnisciente, que es aquel que  no participa para nada en la obra. Se narra en tercera persona; el narrador protagonista, como su nombre lo dice es el protagonista del relato. Se narra en primera persona; narrador testigo, es aquel que participa en la historia pero no es protagonista, simplemente relata. Se narra en segunda persona.
·        Algunas recomendaciones a la hora de narrar, sería tener claro a dónde va nuestra historia. Muchos aspectos se basan en la experiencia del escritor como tal, debido a que alguien podría sentirse más a gusto narrando en tercera persona y otra en primera. Pero veamos. Si narras en tercera personas, en algunos aspectos podrías ser objetivo, pero de vez en cuando es bueno meterse y explicar largo y tendido los sentimientos del personaje principal o de los que quieras. En segunda eres testigo, y no puedes saber los sentimientos a ciencia cierta de tu protagonista; es decir, no puedes decirlos, podrías decir que el que narra supone. En primera tienes todo el control de decir lo que piensa y siente tu personaje principal.
Drama nace en la Grecia Antigua, y, no es como todos piensan, aquellos que tienen un final trágic, más bien, puede tener varios aspectos cómicos, ligándose así la comedia y el drama. Posteriormente, nacerían otros subgéneros como la tragicomedia, el melodrama y la obra didáctica. Y, posteriormente también nacerían más aún: el entremés, el sainete, el paso, entre muchos otros. Es así como el drama es un género literario rico y muy usado.
·      Para escribir drama no hay que estarse muriendo, como muchos creen, o ser un desdichado en esta vida (antes solía pensar cosas así) nada más alejado. Puedes estar radiante y escribir algo tan triste que hasta a ti te haga llorar, no es cuestión de sentimientos, es cuestión de cómo los plasmes. Si escribes drama, asegúrate de que el lector esté consciente de que tu personaje sufre, sufrió y, a lo mejor, seguirá sufriendo. Tampoco digamos en la primera línea “Susanita es desdichada…” podríamos buscar otras formas mejores, como “Ella, que tanto lo amó, ahora se enfrentaba a la separación más dolorosa de su vida. Ahora veía el tiempo pasar y nada cambiaba. Ahora estaba segura, se podría llamar desdichada…”.
Lírica Nace también en la antigua Grecia, en donde se cantaba y era acompañada por la Lira. Su forma habitual de narración era en primera persona, y solía decir los mayores y más profundos anhelos del hombre, además, también, de sus miedos y temores y los estados anímicos. En su concepto más vasto comprende además de la oda, la canción, la balada, la elegía, el soneto e incluso las piezas de teatro destinadas a ser cantadas, como las óperas y dramas líricos
·        Ciertamente en este aspecto no puedo dar ni un solo consejo, nunca he escrito lírica. Y lo que podría decirles es, simplemente, apegarse a los estándares o, si eres arriesgado, quizás innovar y ser creativo. Como se dice, en la escritura no hay nada escrito. Tú puedes innovar y, además, crear nuevos esquemas. Nunca está de más intentar

Así terminamos con la segunda columna. ¿Qué les ha parecido? ¿Quieren proponer un tema? Déjenlo en los comentarios.
Sin más, me despido con un cordial saludo.
Dann

Fuente:
    Wikipedia